24 agosto 2015
Amor no correspondido
Dicen que no hay peor dolor que el de un amor no correspondido. Ya sabes, esa angustia tratando de buscar una explicación a por qué esa persona que tanto amamos no nos quiere o al menos no de la misma forma.
Pero hay otra emoción que también duele y es difícil de manejar. ¿Qué hacer cuando soy yo quien no quiero?
Me he encontrado en ambas situaciones. Generalmente, cuando alguien no me quiere o no se enamora de mí como yo espero, he desarrollado la madurez para comprenderlo. Siempre y cuando, la persona sea abierta y honesta conmigo. Lo que todavía me causa preocupación es el hecho de que alguien se enamore de mí y yo “nacarile del oriente”.
¿Será que debemos elegir a la persona que ya nos ama, aunque nosotros no sintamos lo mismo? Quizás de esta forma, su cuidado y atención nos moverá a amarlo.
Me ha pasado y sé que a muchos de ustedes también, subí fotos con un amigo a las redes sociales y en cuestión de minutos aumentaban los “likes” en la foto y los mensajes privados. Todos querían saber quién era, de dónde era, qué comía y dónde sería la boda.
Si algo provoca influencia en las relaciones, definitivamente lo son las personas que nos rodean.
Pero no debemos permitir que lo que otros quieren para nosotros nos mueva a elegir lo que deberíamos querer. Es como cuando vas a comer y le dices a la otra persona, “no sé qué comer, elige tú”. Con suerte, la otra persona no elige una comida a la cual seas alérgico.
Creo que elegir es lo que más nos aterra, porque sería bueno dejar que otros decidan por nosotros, así tenemos a quién echarle la culpa si algo sale mal.
Pero, ¿qué debemos hacer con esa persona que nos ama y nosotros no correspondemos a ese amor? Aprende a dejarle ir.
Sí, sabes a lo que me refiero. Es cómodo muchas veces decirle, yo no te amo, pero beneficiarte de su amor por ti.
Esta persona, si está enamorada, de seguro te va a decir que no hay problema, que puede darte todo su cariño sin esperar algo a cambio, y probablemente lo dice muy sinceramente. Pero entiende que aceptarlo, le da una gran esperanza, aunque le digas que no espere nada de ti.
A veces lo aceptamos porque nos sentimos mal de no hacerlo, después de todo, es una buena persona y nos ama. No querer está bien, no te convierte en un ser perverso o el malo de la película, aunque así te hagan sentir a veces.
Para desarrollar relaciones saludables, ten en cuenta que:
Una relación no puede funcionar si uno de ustedes siempre trata de “salvar” al otro.
No podemos caer en una relación como si fuera un romance. Debemos establecer relaciones porque queremos, y desarrollarlas porque deseamos prolongarlas.
Si no vas a corresponder a ese amor, no actúes como si lo necesitaras. Terminarás hiriendo más a esa persona y quebrantas la posibilidad de ser buenos amigos.
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